
Hola amigos, soy Mario Fuentes. Siento haber estado tanto tiempo sin escribir. Hoy vamos a hablar de un tema que tiene mucha relación con la política y el lenguaje.
A mi modo de entender, la diversidad lingüística dentro de un territorio no es bueno para nada. Hoy apoyo mi hipótesis en el Imperio Austrohúngaro.
La gran causa del estancamiento de dicho imperio fue la gran diversidad de nacionalidades existentes dentro de un mismo territorio jurídico. Los diferentes lenguajes hacían imposible la práctica de la comunicación entre habitantes de un mismo país.
En España estamos comenzando por ser un país multilingüista y pasaremos a ser una nación de naciones, es decir, un disparate.
Pero retomemos nuestro imperio austrohúngaro, un ejemplo del gran problema que crea la gran diversidad de lenguajes es en las estaciones de ferrocarriles donde los carteles no se rotulaban en ningún idioma porque los distintos dirigentes locales no se ponían de acuerdo en el nombre de pueblo. De esta forma, el viajero del tren llegaba a la estación y no sabía dónde estaba.
Éste es sólo un ejemplo de un problema menor, mis compañeros ya han comentado el problema laboral y el gran problema educativo.
Hay quién dice por ahí que esto siempre ha sido así. Que en Catalunya siempre se ha pedido el catalán para todo pero un servidor tiene familiares que emigraron a la ciudad condal y me han dicho que nada de eso. Es más, se hablaba más castellano que catalán.
Pero en nuestro país, España, el gran problema viene de los estatutos. No sólo hay diferentes lenguajes en las distintas comunidades autónomas sino que nos hemos lanzado a aprobar estatutos sin tener en cuenta el todo: nuestro estado, el español.
Saben ustedes en qué derivó las pugnas entre las distintas nacionalidades del imperio austrohúngaro, pues en una guerra y en la disgregación de las distintas naciones.
En realidad no tendríamos que remontarnos tanto en el tiempo, en la antigua Yugoslavia, al igual que en la URSS, ya había este problema.
Esperemos no tener que llegar a tal punto en nuestro país porque sino mal vamos...
Un gran saludo y abrazo. Mario Fuentes Barbero
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